Se levanta el telón del ahorro para la jubilación

Los planes de pensiones y no las EPSV, son la opción más recurrente, pero hay otros productos que pueden resultar atractivos, tanto por rentabilidad como por fiscalidad. ¿Esto qué significa? Si […]

Los planes de pensiones y no las EPSV, son la opción más recurrente, pero hay otros productos que pueden resultar atractivos, tanto por rentabilidad como por fiscalidad.

¿Esto qué significa? Si hoy hay cuatro trabajadores por cada jubilado, a mediados de siglo habrá dos por cada dependiente. De cumplirse estas perspectivas, que los futuros pensionistas disfruten de una tasa jubilación del 82% de su último sueldo como hasta ahora es todo menos una opción probable. Ni siquiera tras la reforma llevaba a cabo por el Gobierno a finales de Enero, aunque muchos de ellos se jubilen a los 67 años. «No tiene ninguna lógica la jubilación gradual si la esperanza de vida se mantiene. Habría que jubilarse a los 69 años», afirma Manuel Álvarez, director de Vida y Pensiones de Caser.

No queda otra. Hay que buscar alternativas que permitan complementar el dinero que dejará de recibir por parte de la Seguridad Social. Los planes de pensiones son el camino más recurrente. Y las gestoras que se encargan de ellos lo saben. «Las aportaciones en el mes de enero de 2011 son ligeramente superiores a las de enero de 2010», aseguran.

Sin embargo, que el plan de pensiones sea el más conocido entre la población, no quiere decir que sea el único. Hay otros y, al contrario de lo que se suele pensar, también ofrecen ventajas fiscales. Se trata de los seguros de ahorro y, al contrario de los planes de pensiones individuales, su patrimonio no se ha visto resentido ni en tiempos de crisis. De hecho, los activos en seguros de ahorro crecieron un 3,43 por ciento. Una cifra a la que hay que sumar el 32,77 por ciento de incremento patrimonial de los Planes de Previsión Asegurados. Mientras, el patrimonio en planes de pensiones individuales que se contratan con el banco, retrocedió un 1,3 por ciento.

Pero ¿en qué se diferencian los seguros de ahorro de los planes de pensiones? La principal diferencia es que en los seguros, quien asume el riesgo de pérdidas (a cambio siempre de primas) es la aseguradora y no el inversor. Y también ofrecen divergencias fiscales.

PPA

Su nombre es Plan de Previsión Asegurado. «Es el equivalente en el mundo de los seguros al plan de pensiones individual». Al igual que los planes de pensiones, sus aportaciones cuentan con deducciones fiscales. Es decir, los inversores se pueden deducir de su factura fiscal hasta 10.000 euros anuales (12.500 si se es mayor de 50 años). Eso sí, este límite es conjunto tanto para aquellos que inviertan sólo en PPA como para quien lo haga a través de éstos y de planes de pensiones.

La principal diferencia entre un PPA y un plan de pensiones es que el primero siempre garantiza una rentabilidad mínima en la inversión que suele estar ligada al rendimiento de la deuda pública española o a la inflación. De hecho, según un estudio, la rentabilidad que ofrecen oscila entre el 3 y el 4 por ciento de media. En todo caso, el camino más directo para contratar estos productos es a través de mediadores de seguros ya que es el canal elegido por el 52 por ciento de las compañías.

Además, recientemente se aprobó que los traspasos entre planes de previsión y de pensiones disfruten de las mismas ventajas fiscales de traspasos entre planes: están exentos de tributar a Hacienda. Y quizá sea ésta una de las razones que explica el espectacular crecimiento que han experimentado estos productos, sobre todo en un año como el pasado en el que sus principales competidores, los planes de pensiones de renta fija, notaron en sus carteras el mal comportamiento de la deuda púbica. Con todo, su patrimonio subió un 32,77 por ciento hasta los 6.266 millones.

PIAS

Han sido los últimos en llegar al mundo del ahorro para la jubilación pero su desembarco ha sido de lo más exitoso. Sólo en 2010, los Planes Individuales de Ahorro Sistemático (PIAS) vieron incrementado su patrimonio en un 24,65 por ciento, hasta los 2.148 millones de euros.

A diferencia de lo que sucede con los PPA o los planes de pensiones, la ventaja fiscal que tienen estos productos no está en el presente sino en el futuro. Y es que los rescates no tributan como rendimientos de trabajo sino como rentas del capital, a un tipo de entre el 19 y el 21 por ciento y, además, los rendimientos generados están exentos de tributación.

Al igual que los PPA, los PIAS también garantizan una rentabilidad determinada (de media entre el 3 y el 4 por ciento anual) y muchos ofrecen rendimientos adicionales ligados a una serie de activos. En Ges añadimos una participación en beneficios que suele ascender al 2% adiccional. Otra de sus ventajas es que el inversor puede rescatar el capital pasados 10 años desde su contratación. En Ges puede rescatarlo desde la primera anualidad pero con una pequeña sanción. Los inconvenientes vienen por el lado de las aportaciones, ya que sólo se pueden aportar 8.000 euros anuales y nunca el ahorro en PIAS puede exceder de los 240.000 euros.

Fuente original: http://www.eleconomista.es/fondos/noticias/2840477/02/11/Se-levanta-el-telon-del-ahorro-para-la-jubilacion.html