El seguro protege los riesgos que se puedan manifestar en las personas, en las decisiones que se toman y en las actividades que se practican a nivel personal y laboral.
Al contratar un seguro, lo que haces es transferir esos riesgos a una aseguradora y que ella se encargue de indemnizarte por ello, a cambio de una compensación económica. Precisamente en este tipo de compras, el comprador paga una prima a cambio de un posible servicio futuro.
Cuando hay una venta de un seguro, se inicia una relación entre el asegurado y la compañía aseguradora, y la obligación de esta es, además de atender el siniestro, el mantener informado y asesorado al cliente en todo momento.
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